Paz Transformadora

Se entiende la Paz Transformadora como el proceso que se vincula a las acciones y la valoración de las acciones que los seres humanos realizamos cuando en nuestras convivencias realizamos prácticas valoradas como contribuyentes a la atención sinérgica de las necesidades de todos y todas (Montañés y Ramos, 2012). La Paz Transformadora emerge cuando los seres humanos, para atender una determinada necesidad, actuamos de modo tal que nuestro comportamiento no sólo nos beneficia a nosotros, sino que también lo hace al conjunto de la población; cuando logramos atender nuestras necesidades y las de los demás, conformando modelos convivenciales de atención sinérgica de las necesidades.

  

Desde esta perspectiva, se entiende que somos nosotros, los seres humanos, los protagonistas de la paz, en tanto en cuanto es nuestro comportamiento vital el que propicia la Paz, y el que también propicia las Violencias en todos los ámbitos y escalas de interrelación humana. En tal sentido, la Paz Transformadora se comprende como un constructo social en permanente transformación que se desarrolla cuando logramos cristalizar modelos de vida en nuestras familias, comunidades, sociedad y sistemas políticos y económicos que facilitan el desarrollo de las potencialidades humanas del conjunto de la población, integralmente. Es por ello que se afirma que la Paz es el camino (y no la meta) que construimos los seres humanos participativamente cuando nos comprometemos al desarrollo del Buen Vivir.

 

La Paz Transformadora emerge cuando los seres humanos, para atender una determinada necesidad, actuamos de modo sinérgico. Es decir, cuando nuestro comportamiento no sólo nos beneficia a nosotros, sino que también lo hace al conjunto de la población. Cuando, por el contrario, con nuestras acciones atendemos las propias necesidades pero lo hacemos a costa de las necesidades de los demás, o impidiendo que otras personas puedan atender las suyas, entonces propiciamos la violencia.

Obsérvese el siguiente ejemplo; cuando una madre alimenta a su criatura dándole el pecho está atendiendo la necesidad de alimentación del bebé, pero también una serie de necesidades propias (y de la criatura) relacionadas con el afecto, el cariño, el relacionamiento humano. Cuando así procedemos en todos los ámbitos de interrelación humana estamos construyendo paz. Cuando no procedemos sinérgicamente, contribuimos al desarrollo y la expansión de las violencias: es nuestro comportamiento vital el que construye la Paz, y el que facilita, o imposibilita, la emergencia y reproducción de las Violencias

 

Desde la perspectiva de la Paz Transformadora, la paz existe cuando nosotros y nosotras le damos vida